Primavera de 1958. Rose Pamphyle, una chica de 21 años, vive con su padre viudo malhumorado el cual es el dueño de la tienda del pueblo. Comprometida con el hijo del mecánico local, su existencia parece destinada a la quietud, a la monotonía de una ama de casa. Pero esa no es la vida que Rose anhela.

Sin embargo, se le presentará una oportunidad única para evitar que aquello ocurra cuando viaja a Lisieux en Normandía, donde el jefe carismático de una agencia de seguros llamado Louis Echard está buscando a una secretaria. La entrevista que tiene con él es un desastre, pero Rose revela un don especial: que puede escribir a máquina a una velocidad extraordinaria.

Sin quererlo, la joven despierta el gusanillo de aficionado a la competición que hay latente en Louis, y le hace una oferta: si ella quiere el trabajo tendrá que competir en un concurso de escritura rápida a máquina en Nueva York. Rose tendrá que sacrificarse para llegar a la cima, bajo la dirección de Louis, que se nombra él mismo su entrenador para convertirla no sólo en la chica más rápida del país en mecanografiar sino en la más veloz del mundo. No obstante, un amor por la competición no siempre se mezcla bien con el amor propio.